Una seta solitaria...
Ha llovido recientemente y escondida entre las acículas de los pinos carrascos y debajo de una maraña de lentiscos, solitaria en todo el pinar, se asoma, primero tímidamente, y luego con toda su imponente figura una Amanita, con su volva enorme y su anillo fugaz y harinoso. Sólo tocar el pie y el polvillo harinoso se queda pegado a los dedos, lo que junto a otras características nos hace pensar en una Amanita ovoidea. Esto nos aliviaría el miedo a este Género, ya que no es tóxica...en teoría. En realidad es blanca. Las fotos engañan un poco...blanco el sombrero y blanca la volva. El clima es caluroso y la Amanita se seca pronto, tan pronto como surgió de la tierra. Pero en breve este solitario ejemplar estará muy bien acompañado, ya que a esta especie y en esta zona, se le aplica muy bien aquello de que "crecen como setas".
Otras que abundan...
Limacella illinita
Limacella illinita
Limacella furnacea
Limacella furnacea
Limacella furnacea
Al pinar de El Saler le han salido nuevos habitantes. Allá donde mires están, unas diminutas, otras en todo su esplendor con su gran anillo que pronto casi desaparece, su típico pie más blanco por encima del anillo y curvado en la parte inferior. Unas veces brillantes y húmedas, otras secas, tersas y relucientes. Con el sombrero oscurecido cuando se asoman y aclarándose cuando adultas. En grupos o solitarias, pero cercanas. Aunque es comestible, no es una seta buscada por esta región, ya que no tiene interés culinario. Por eso siguen intactas, pese a su abundancia. La Limacella furnacea y la Limacella illinita (sin anillo y mucho más clara y viscosa ) colonizan el pinar cuando llega el otoño, alegrando la vista de l@s paseantes y contribuyendo, así, a nuestro bienestar y, quizá también, a nuestros conocimientos.
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