domingo, 14 de octubre de 2018

Etnomicología. Curiosidades y usos ancestrales...


Y ya que hablamos de setas...


Etnomicología


El uso de las setas (y de los hongos, en general) es casi tan antiguo como nuestra existencia y es que con su variedad de formas y colores ya llamaron la atención de nuestros predecesores. Ya sea como alimento, como medicina o para rituales mágicos o funerarios, las setas han sido curiosas protagonistas en las diversas culturas y civilizaciones humanas, desde el Paleolítico, pasando por  China, Egipto, Roma, Edad Media, civilizaciones precolombinas...hasta nuestros días.


El hallazgo más antiguo que confirma el uso de setas por el ser humano es el de individuos del yacimiento de El Mirón (Cantabria), que datan del Paleolítico Superior. Según los análisis de cálculos dentales, parece que nuestros antepasados ya degustaban los Boletus...¡hace 14000 años!


Usos de los hongos
Fomitopsisi officinalis
Usos de los hongos
Pitoptorus betulinus
Pero la evidencia más clara del uso de setas por el ser humano fue con el descubrimiento de la momia de Ötzi (también llamado hombre de hielo), de unos 5000 años de antigüedad. Su buen estado de conservación permitió hacer una serie de pruebas que reconstruyeron desde su aspecto físico hasta las causas de su muerte, pasando, incluso, por lo que había comido ese fatídico día. ¡Sorprendente! Ötzi había sido asesinado mientras vagaba por las montañas de los Alpes italianos, llevando como equipaje, entre diversos  utensilios de caza, 2 ejemplares de setas: Piptoporus betulinus (hongo del abedul) y Fomes fomentarius (hongo de yesca). La primera con propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas y la segunda con la que se hace fuego. Está claro que nuestros antepasados del Neolítico conocían bien y aprovechaban las distintas utilidades de las setas.


No tan evidentes, pero más remotas, son las figuras antropomórficas de Tassili, en el desierto del Sahara, que tienen la cabeza en forma de seta y en las manos llevan ejemplares de hongos. Datan de ¡7000 a 5000 a.C.!


La refinada  civilización egipcia también sucumbió al encanto de las setas, aunque con un matiz necrológico, ya que con ellas enterraban a sus muertos para ayudarles en el camino de la transición de la muerte a la otra vida. Sin embargo, también las cultivaban para su alimentación, como es el caso de los champiñones. Incluso aprovecharon hongos microscópicos fermentadores para la fabricación de pan y cerveza.


Setas comestibles
Amanita caesarea
En cuanto a Roma, nos ha legado el uso de una de las setas más exquisitas, la Amanita Caesarea o amanita de los césares, cuyo nombre se debe a su consumo por parte de los emperadores romanos. Tal era su afición al consumo de setas (que relegaron a las clases altas), que se dice que, por intrigas políticas, algunos fueron envenenados con ellas, como es el caso del emperador Claudio, cuya esposa Agripina añadió trozos de Amanita phalloides entre el plato de A. caesarea destinado a la comida del césar.


Si saltamos de continente, nos encontramos con que las culturas precolombinas en América Central usaron setas alucinógenas de los géneros Psilocybe, Panaeolus y Stropharia para ceremonias rituales. Las llamaban "carne de dioses". Además, hay evidencias arqueológicas de su uso, como son las figuras de piedra talladas en forma de hongos antropomórficos llamadas piedras-hongo, que datan de hasta 1000 años de antigüedad.

Etnomicología ancestral
Panaeolus ater
 
Etnomicología ancestral
Stropharia caerulea
                       









Muy prolífica e importante es la utilización de las setas en la medicina tradicional China. Ya sobre el año 200 a.C. se escribió un Tratado de Fitoterapia en el que se describen las propiedades medicinales de muchos hongos, entre ellos el Reishi, y en el siglo XII un Tratado Agronómico habla del cultivo del shiitake. Hacia el año 1500 se descubrió en el Tibet un hongo que parasitaba una larva de insecto. A este hongo le denominaron Cordyceps. Si nos fijamos en cada una de ellas:


seta de innumerables propiedades
Ganoderma lucidum
El Reishi es Ganoderma lucidum, una de las setas con mayor cantidad de aplicaciones medicinales. Tiene propiedades inmunoestimulantes, hepatoprotectoras, antitumorales, antioxidantes, analgésicas, adaptógenas, disminuye el colesterol, estimula la secreción de insulina y es antihistamínica. ¡Impresionante! En nuestro entorno la podemos encontrar fácilmente, aunque se dice que los ejemplares más activos se encuentran en Japón.



Usos ancestrales de las setas
Lentinus elodes
La seta shiitake, Lentinus elodes, también es muy efectiva, ya que tiene propiedades antitumorales, inmunomodulantes, antiparasitarias, anti-obesidad, es antiagregante plaquetaria y disminuye la impotencia.



Etnomicología
Cordyceps sinensis
En cuanto a Cordyceps sinensis, se observó que el ganado que pastaba en campos con larvas parasitadas por este hongo crecía más fuerte y vigoroso, por lo que empezó a usarse en la alimentación humana buscando su acción revitalizante y un aumento de la longevidad. Tiene propiedades adaptógenas (como el ginseng), aumenta la capacidad metabólica (revitalizante) y es emenagoga. Sin embargo, hay que ir con cuidado con su acción abortiva. Una aplicación hospitalaria muy importante la tiene otra especie del mismo género por producir ciclosporina, potente inmunosupresor usado en trasplantes para disminuir el rechazo de órganos.


Toda esta diversidad e interés por el mundo de los hongos, quedó silenciada durante la Edad Media, que fue tan oscura para la Micología como para el resto de actividades humanas, desapareciendo de los usos sociales por considerarse las setas instrumentos de brujería. La Inquisición persiguió con dureza y determinación a quien recolectara setas por asociarlas a rituales de magia y prácticas herejes, acusando a multitud de personas de brujería y condenándolas a la hoguera o a morir ahorcadas.


Por suerte, con el Renacimiento y el paso de los siglos, las setas volvieron a incorporarse a la vida cotidiana, fundamentalmente como alimento, pero también como forma de socialización constituyéndose sociedades micológicas, formando parte de la enseñanza formal en Universidades e informal en esas sociedades, contribuyendo a nuestro ocio y bienestar con salidas micológicas a la Naturaleza, constituyendo una actividad económica a veces muy lucrativa, como el comercio de  trufas (Tuber sp.) y, en menor medida...por ahora...como remedios medicinales.




jueves, 11 de octubre de 2018

Naturaleza y setas

Ha llovido algún día más  y el ambiente se mantiene húmedo y cálido, propicio para que se mantengan bastantes setas. Algunas son llamativas por su color y textura...



...como este esbelto ejemplar de sombrero aterciopelado al tacto y algo rojizo, con poros amarillos, pie delgado, sinuoso y fibroso,  decididamente rojizo, aunque dejando su parte superior del mismo amarillo que los poros.

 Xerocomus Chrysenteron abunda debajo de los pinos, más bien escondida, cercana a los troncos. La cutícula del sombrero es fácilmente extraíble y nos muestra por debajo una carne claramente amarilla, que cambia levemente a azul en algunos puntos al poco de cortarla. 





En el mismo hábitat nos encontramos con otra seta frecuente en pinares que llama la atención por su redondez y su limpia cutícula ...


Su oscuro sombrero está perfectamente delimitado y debajo de él también vemos poros amarillos, pero mucho más apretados y homogéneos.

El pie, robusto, cilíndrico y atenuado en la base,  es amarillo como los poros, aunque con gránulos diseminados en toda su longitud de color similar al del sombrero. Restos de micelio quedan adheridos cuando la extraemos del suelo.


Como todos los Suillus, que hay bastantes y muy parecidos, este Suillus collinitus se puede comer si le quitamos la cutícula y los poros, aunque no es una seta muy apreciada, así que, como nadie la quiere...podemos disfrutar de su bonita silueta en nuestro paseo por los pinares otoñales.




miércoles, 3 de octubre de 2018

Octubre. Mes para aficionad@s a la Micología


Una seta solitaria...









Ha llovido recientemente y escondida entre las acículas de los pinos carrascos y debajo de una maraña de lentiscos, solitaria en todo el pinar, se asoma, primero tímidamente, y luego con toda su imponente figura una Amanita, con su volva enorme y su anillo fugaz y harinoso. Sólo tocar el pie y el polvillo harinoso se queda pegado a los dedos, lo que junto a otras características nos hace pensar en una Amanita ovoidea. Esto nos aliviaría el miedo a este Género, ya que no es tóxica...en teoría. En realidad es blanca. Las fotos engañan un poco...blanco el sombrero y blanca la volva. El clima es caluroso y la Amanita se seca pronto, tan pronto como surgió de la tierra. Pero en breve este solitario ejemplar estará muy bien acompañado, ya que a esta especie y en esta zona, se le aplica muy bien aquello de que "crecen como setas".



                                      Otras que abundan...



Limacella illinita


Limacella illinita


Limacella furnacea


Limacella furnacea


Limacella furnacea



Al pinar de El Saler le han salido nuevos habitantes. Allá donde mires están, unas diminutas, otras en todo su esplendor con su gran anillo que pronto casi desaparece, su típico pie más blanco por encima del anillo y curvado en la parte inferior. Unas veces brillantes y húmedas, otras secas, tersas y relucientes. Con el sombrero oscurecido cuando se asoman y aclarándose cuando adultas. En grupos o solitarias, pero cercanas. Aunque es comestible, no es una seta buscada por esta región, ya que no tiene interés culinario. Por eso siguen intactas, pese a su abundancia. La Limacella furnacea y la Limacella illinita (sin anillo y mucho más clara y viscosa ) colonizan el pinar cuando llega el otoño, alegrando la vista de l@s paseantes y contribuyendo, así, a nuestro bienestar y, quizá también, a nuestros conocimientos.

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