Y ya que hablamos de setas...
El uso de las setas (y de los hongos, en general) es casi tan antiguo como nuestra existencia y es que con su variedad de formas y colores ya llamaron la atención de nuestros predecesores. Ya sea como alimento, como medicina o para rituales mágicos o funerarios, las setas han sido curiosas protagonistas en las diversas culturas y civilizaciones humanas, desde el Paleolítico, pasando por China, Egipto, Roma, Edad Media, civilizaciones precolombinas...hasta nuestros días.
El hallazgo más antiguo que confirma el uso de setas por el ser humano es el de individuos del yacimiento de El Mirón (Cantabria), que datan del Paleolítico Superior. Según los análisis de cálculos dentales, parece que nuestros antepasados ya degustaban los Boletus...¡hace 14000 años!
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Fomitopsisi officinalis |
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Pitoptorus betulinus |
Pero la evidencia más clara del uso de setas por el ser humano fue con el descubrimiento de la
momia de Ötzi (también llamado hombre de hielo), de unos 5000 años de antigüedad. Su buen estado de conservación permitió hacer una serie de pruebas que reconstruyeron desde su aspecto físico hasta las causas de su muerte, pasando, incluso, por lo que había comido ese fatídico día. ¡Sorprendente! Ötzi había sido asesinado mientras vagaba por las montañas de los Alpes italianos, llevando como equipaje, entre diversos utensilios de caza, 2 ejemplares de setas: Piptoporus betulinus
(hongo del abedul) y
Fomes fomentarius (hongo de yesca). La primera con propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas y la segunda con la que se hace fuego. Está claro que nuestros antepasados del Neolítico conocían bien y aprovechaban las distintas utilidades de las setas.
No tan evidentes, pero más remotas, son las figuras antropomórficas de Tassili, en el desierto del Sahara, que tienen la cabeza en forma de seta y en las manos llevan ejemplares de hongos. Datan de ¡7000 a 5000 a.C.!
La refinada civilización egipcia también sucumbió al encanto de las setas, aunque con un matiz necrológico, ya que con ellas enterraban a sus muertos para ayudarles en el camino de la transición de la muerte a la otra vida. Sin embargo, también las cultivaban para su alimentación, como es el caso de los
champiñones. Incluso aprovecharon hongos microscópicos fermentadores para la fabricación de pan y cerveza.
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Amanita caesarea |
En cuanto a Roma, nos ha legado el uso de una de las setas más exquisitas, la
Amanita Caesarea o
amanita de los césares, cuyo nombre se debe a su consumo por parte de los emperadores romanos. Tal era su afición al consumo de setas (que relegaron a las clases altas), que se dice que, por intrigas políticas, algunos fueron envenenados con ellas, como es el caso del emperador Claudio, cuya esposa Agripina añadió trozos de
Amanita phalloides entre el plato de
A. caesarea destinado a la comida del césar.
Si saltamos de continente, nos encontramos con que las culturas precolombinas en América Central usaron setas alucinógenas de los géneros
Psilocybe, Panaeolus y Stropharia para ceremonias rituales. Las llamaban
"carne de dioses". Además, hay evidencias arqueológicas de su uso, como son las figuras de piedra talladas en forma de hongos antropomórficos llamadas
piedras-hongo, que datan de hasta 1000 años de antigüedad.
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Panaeolus ater |
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Stropharia caerulea |
Muy prolífica e importante es la utilización de las setas en la medicina tradicional China. Ya sobre el año 200 a.C. se escribió un
Tratado de Fitoterapia en el que se describen las propiedades medicinales de muchos hongos, entre ellos el
Reishi, y en el siglo XII un
Tratado Agronómico habla del cultivo del
shiitake. Hacia el año 1500 se descubrió en el Tibet un hongo que parasitaba una larva de insecto. A este hongo le denominaron
Cordyceps. Si nos fijamos en cada una de ellas:
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Ganoderma lucidum |
El
Reishi es
Ganoderma lucidum, una de las setas con mayor cantidad de aplicaciones medicinales. Tiene propiedades inmunoestimulantes, hepatoprotectoras, antitumorales, antioxidantes, analgésicas, adaptógenas, disminuye el colesterol, estimula la secreción de insulina y es antihistamínica. ¡Impresionante! En nuestro entorno la podemos encontrar fácilmente, aunque se dice que los ejemplares más activos se encuentran en Japón.
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Lentinus elodes |
La seta
shiitake,
Lentinus elodes, también es muy efectiva, ya que tiene propiedades antitumorales, inmunomodulantes, antiparasitarias, anti-obesidad, es antiagregante plaquetaria y disminuye la impotencia.
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Cordyceps sinensis |
En cuanto a
Cordyceps sinensis, se observó que el ganado que pastaba en campos con larvas parasitadas por este hongo crecía más fuerte y vigoroso, por lo que empezó a usarse en la alimentación humana buscando su acción revitalizante y un aumento de la longevidad. Tiene propiedades adaptógenas (como el ginseng), aumenta la capacidad metabólica (revitalizante) y es emenagoga. Sin embargo, hay que ir con cuidado con su acción abortiva. Una aplicación hospitalaria muy importante la tiene otra especie del mismo género por producir ciclosporina, potente inmunosupresor usado en trasplantes para disminuir el rechazo de órganos.
Toda esta diversidad e interés por el mundo de los hongos, quedó silenciada durante la Edad Media, que fue tan oscura para la Micología como para el resto de actividades humanas, desapareciendo de los usos sociales por considerarse las setas instrumentos de brujería. La Inquisición persiguió con dureza y determinación a quien recolectara setas por asociarlas a rituales de magia y prácticas herejes, acusando a multitud de personas de brujería y condenándolas a la hoguera o a morir ahorcadas.
Por suerte, con el Renacimiento y el paso de los siglos, las setas volvieron a incorporarse a la vida cotidiana, fundamentalmente como alimento, pero también como forma de socialización constituyéndose sociedades micológicas, formando parte de la enseñanza formal en Universidades e informal en esas sociedades, contribuyendo a nuestro ocio y bienestar con salidas micológicas a la Naturaleza, constituyendo una actividad económica a veces muy lucrativa, como el comercio de trufas (
Tuber sp.) y, en menor medida...por ahora...como remedios medicinales.