Pintura, literatura, cine...
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Mural "La Cultura Huasteca", de Diego Rivera |
Además de su valor nutricional y medicinal, las distintas
manifestaciones artísticas plasman la influencia en la vida pasada y presente
del Maíz, en su aspecto cotidiano y también en las reivindicaciones
populares, como medio de expresar la sensibilidad y el disfrute de la belleza,
pero también de denunciar injusticias o como símbolo identitario.
PINTURA
Si hay alguien que pueda representar el mundo del maíz en la Pintura es el mexicano Diego Rivera (1886 – 1957). Pintor especializado en murales y muy comprometido con los problemas sociales de la historia de su país y de su tiempo, reflejó en sus frescos la importancia y la intrínseca unión entre este cultivo y la organización social de su país en las distintas épocas.
En los murales del Palacio Nacional, que cubren 276 metros cuadrados de pared, se encuentra el mural “Cultura Huasteca”, en el que pintó con detalle la relación de su gente con el maíz y su gran dependencia, mostrando las distintas etapas de su uso (siembra, recolección, desgranado, elaboración de masa para tortillas, cocción…), con la diosa del maíz y la fertilidad como personaje de fondo.
La Capilla Riveriana de la Universidad de Chapingo, que ocupa 700 metros cuadrados de pintura del autor, alberga muestras de su característico realismo social, como el mural “Canto a la Tierra y a los que la trabajan y liberan” (1923-26), en el que bajo un gran campo de maíz yacen enterrados dos hombres que representan la sangre vertida en las luchas revolucionarias para la defensa de la tierra. Esa sangre fertiliza el suelo haciendo brotar nuevas cosechas. Estos hombres bajo la milpa (maizal) son los héroes revolucionarios Emiliano Zapata y Otilio Montaño.
En la Secretaría de Educación Pública se encuentra el mural “Visión política del pueblo mexicano”, constituido por 235 tableros; y en él la obra “La Fiesta del Maíz” (1923). Para pintarlo utilizó jugos de nopal y otros cactus y representa las tradiciones populares y religiosas. En la obra “La Justicia Proletaria y Mecanización del Campo” perteneciente al mismo conjunto, muestra la mecanización de la siembra y recolección del maíz, la transformación producida por el capitalismo, plasmando su espíritu revolucionario.
Además, muchas otras de sus obras como “La Cosecha” (1923), o el “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” (1946), tienen al maíz como protagonista o como secundario en ellas.
No de forma tan imponente, sino ya esporádicamente hay otros pintores que han plasmado este cereal en alguna de sus obras, ya sea como muestra de la importancia en la alimentación y la economía, como “Campos de maíz” (1890), de Van Gogh, o aspectos mitológicos, como “Ceres y dos ninfas” (1615 - 1617), de Rubens.

En los murales del Palacio Nacional, que cubren 276 metros cuadrados de pared, se encuentra el mural “Cultura Huasteca”, en el que pintó con detalle la relación de su gente con el maíz y su gran dependencia, mostrando las distintas etapas de su uso (siembra, recolección, desgranado, elaboración de masa para tortillas, cocción…), con la diosa del maíz y la fertilidad como personaje de fondo.

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La Fiesta del Maíz |
Además, muchas otras de sus obras como “La Cosecha” (1923), o el “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” (1946), tienen al maíz como protagonista o como secundario en ellas.
Ceres y dos ninfas |
No de forma tan imponente, sino ya esporádicamente hay otros pintores que han plasmado este cereal en alguna de sus obras, ya sea como muestra de la importancia en la alimentación y la economía, como “Campos de maíz” (1890), de Van Gogh, o aspectos mitológicos, como “Ceres y dos ninfas” (1615 - 1617), de Rubens.
LITERATURA
Much@s autor@s han puesto su mirada en el maíz, en su multifuncionalidad, su extensión y su papel a través de los tiempos. Un@s lo hacen por ser una planta básica en la vida cotidiana, como alimento o insumo para muchos usos; otr@s escritor@s muestran los cambios con la llegada de los conquistadores españoles; otr@s plantean la problemática actual que lo envuelve. Obras en poesía o prosa, para diferentes edades, enfocadas a formar, informar, denunciar, sensibilizar…
Hay una poesía de la escritora chilena Gabriela Mistral (1889 - 1957), “El maíz”, de nueve estrofas, que en una de ellas (VIII) se refiere a la llegada de los españoles y a su intento de introducir el trigo en América, en detrimento del maíz. Refleja el rechazo por parte de la población indígena, ya que el maíz era parte fundamental en su cultura. Dice así:
mis ojos no los quieren.
El maizal no aman
y su harina no muelen:
No come grano santo
la hiperbórea gente”.


Otro poeta chileno, Pablo Neruda (1904 – 1973), interesado a lo largo de su vida en las tradiciones culinarias de los distintos países y en su degustación, escribió una serie de odas a los alimentos. Así, dentro de su “Tercer Libro de las Odas”, de 1957, ensalza los usos del maíz en las cocinas y la extensión de este cereal por toda América en su “Oda al maíz”, que empieza así:
de tierras espaciosas
del espumoso
océano”
Y siguiendo con el mismo estilo literario, el médico y poeta guatemalteco Werner Ovalle López (1928 – 1970) es autor del poema “Padre Nuestro Maíz”, un texto formado por cuatro partes, en las que llena de alabanza al dorado cereal y a la estrecha relación de éste con los seres humanos y vivos, en general.
“Yo tengo manos de maíz…”
“Yo tengo frente de maíz…”
"Yo tengo labios de maíz…”
“Yo tengo sueños de maíz…”
De esta forma, en sus versos nos va contando cómo el maíz penetra en todo el entorno del paisaje, plantas y animales, y en el entorno y quehacer humano.


ESCULTURA
En el Arte Precolombino, hay muestras de las culturas Maya, Nazca y Azteca, sobre temas mitológicos y cotidianos
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Yum Kaax |
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Fase 3 |
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Chicomecoatl |
La Cultura Azteca, surgida poco antes de la invasión española (1325 - 1521) d.C. y ubicada en el valle de México, también estaba ligada al maíz y, por lo tanto, veneraba a las deidades que lo representaban y que velaban, según sus creencias, por unas cosechas abundantes. Entre ellas estaban Cinteotl (dios del maíz), Xilonen (diosa del maíz joven) y Chicomecoatl (diosa del maíz maduro, representada con un par de mazorcas en cada mano). Los restos arqueológicos encontrados dan buena muestra de la importancia del maíz en su vida.
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Cristo elaborado con pasta de caña de maíz |
En la actualidad, hay varias esculturas dedicadas a este prolífico cereal en distintas ciudades de Latinoamérica, como por ejemplo el “Monumento al Maíz”, también conocido como "El Choclo", de Gonzalo Endara Crow, en Salgonquí (Provincia de Pichincha, Ecuador) (1989) (1), de 10 metros de altura y 3.6 metros de diámetro en la base, que recuerda los maíces "chillo", de muchos colores; o el “Monumento al Maíz” de Edgar Negret, en Sonsón (Departamento de Antioquía, Colombia) (1996).(2)
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En el Museo de Totomoxtle o Museo de la Hoja del Maíz, en Xico (estado de Veracruz, México), hay una colección de figuras de artesanía hechas con hojas de maíz, artesanalmente y durante años, por una vecina de la población, que muestran la cultura y tradiciones del lugar. Hay distintas composiciones, como “Las Procesiones” o “El Mercado”, que plasman escenas de la vida local.
CINE
Alberto Cortés (1952), etnólogo y cineasta mexicano, filmó en 2016 el documental “El maíz en tiempos de guerra”. En esta cinta presenta al maíz como eje de las sociedades indígenas mexicanas en la actualidad. Centro de sus tradiciones, fiestas, sustento.
En el aspecto del cine más convencional y de entretenimiento, cabe recordar la película “Los chicos del maíz” (1984), de Fritz Kiersch (1951) que está basada en un relato de Stephen King (1947). La película se desarrolla en una población rural cuya alimentación y organización social gira en torno al maíz de los campos que la rodean.
DANZA
Por todo el territorio de México y Perú son típicas las manifestaciones de baile relacionadas con el ciclo del maíz.
En la comunidad náhuatl de Chiepetepec, en el estado de Guerrero, también en México, en septiembre, cuando ya se ha recogido la cosecha, lo celebran con el “Baile de la milpa”. En él participan mujeres de todas las edades, niñas y niños. Las mujeres y niñas danzan con una rama de maíz y los niños con una calabaza. Es una forma de agradecer a las lluvias y a la tierra la buena cosecha de maíz obtenida y aunque sea de origen prehispánico, se adaptó y se hace también como ofrenda al Arcángel San Miguel.
Aunque con distintos nombres, la “Danza de la siembra del maíz.” y la “Danza de la cosecha”, en Perú, o la “Danza del maíz” en distintas partes de México, coinciden en su contenido bien de petición, bien de agradecimiento por un cereal al que consideran sagrado

Igualmente expone las luchas de algunas familias campesinas de Oaxaca, Chiapas y Jalisco, pertenecientes a distintos pueblos indígenas, contra las empresas y gobiernos para defender su territorio y forma de vida. Sin olvidar la batalla contra la implantación del maíz transgénico.

El argumento tiene como protagonista a una población infantil que frente a la necesidad de asegurar sus cosechas acude a una serie de rituales y sacrificios para invocar a un ser protector y maligno que les libre del hambre. El maizal es a la vez proveedor de vida y de muerte.
DANZA
Por todo el territorio de México y Perú son típicas las manifestaciones de baile relacionadas con el ciclo del maíz.
En la selva de Chiapas (México) hay celebraciones en febrero y marzo en las que el maíz es el protagonista. La “Danza del trabajo colectivo del maíz”, en la que participan 15 personas, hombres y mujeres ataviad@s con ropa tradicional, representa las sucesivas etapas de la milpa, empezando con un ritual de petición de buenas cosechas y siguiendo con la preparación del terreno, la siembra, la recolección.

Aunque con distintos nombres, la “Danza de la siembra del maíz.” y la “Danza de la cosecha”, en Perú, o la “Danza del maíz” en distintas partes de México, coinciden en su contenido bien de petición, bien de agradecimiento por un cereal al que consideran sagrado